Un estudio sin precedentes realizado por Visa Consulting & Analytics, el brazo de consultoría de Visa, mapeó y diagnosticó los 5.570 municipios brasileños con respecto al grado de desarrollo de los pagos electrónicos y digitales. El estudio titulado Índice de Madurez para Adopción de Pagos Electrónicos reveló que solo el 3,8% de los municipios brasileños pueden considerarse “listos” desde el punto de vista de la madurez del ecosistema de pagos. Es decir, ciudades en las que hay una mayor adhesión a los pagos digitales, un mayor número de tarjetas y dispositivos para pago por habitante y el acceso a nuevas tecnologías de pago digital, como las tarjetas de proximidad, las billeteras digitales o las aplicaciones que convierten el teléfono celular en un dispositivo para pago, entre otros.
La mayoría de las ciudades, el 75%, fueron clasificadas como principiantes (37,8%) o emergentes (37,6%). Esto significa que necesitan, antes que nada, de inversiones en infraestructura básica para potenciar sus sistemas de pago electrónico. El 20,8% restante son municipios considerados en transición.
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Uno de los objetivos del índice es fomentar la transición del dinero físico al pago electrónico y digital. Visa espera utilizar la inteligencia generada por el índice para entender el contexto de cada ciudad con respecto al desarrollo tecnológico y el aumento de la inclusión financiera y digital de la población para, así, planificar acciones estratégicas con emisores, adquirentes y establecimientos comerciales, como identificar comerciantes que aún no aceptan pagos con tarjeta o priorizar los esfuerzos en una determinada localidad para aumentar la cantidad de tarjetas emitidas y la aceptación de pagos digitales.
Además de Brasil, el estudio también se llevó a cabo en México, Colombia y Chile en los últimos tres años.
Un estudio de Roubini ThoughtLab encargado por Visa muestra que la sustitución del dinero físico genera un impacto positivo en los municipios, con mayor crecimiento económico, más recaudación de impuestos, creación de empleo, aumento de la masa salarial y de la productividad, así como ganancias en la eficiencia administrativa. Para los consumidores y los establecimientos comerciales, los beneficios también son visibles, ya que añaden más comodidad y seguridad, una mejor gestión financiera y una mayor inclusión digital.
Tania Oliveira, vicepresidente de Visa Consulting & Analytics en América Latina, explica que el desarrollo de este ecosistema se da en dos fases. Primero, es necesario asegurarse que la localidad cuenta con una infraestructura adecuada para que se puedan utilizar los pagos electrónicos y digitales, especialmente una buena estructura de conectividad; las ciudades principiantes o emergentes necesitan una acción gubernamental más eficaz para desarrollar esta infraestructura.
Luego, es necesario asegurar que esa comunidad tenga acceso a tarjetas, dispositivos de pago, bancos, nuevas tecnologías de pago y una variedad de servicios y comercios que ofrezcan opciones más allá del efectivo. «Dependiendo del nivel en el que se encuentre la ciudad, el gobierno tiene un primer papel fundamental y luego viene la aceleración que impulsa la industria de pagos, como adquirentes, emisores, bancos y el sector productivo para hacer florecer este ecosistema».
Además, está el desarrollo de estrategias por verticales. Si el índice muestra que en una ciudad o región hay menos aceptación de los medios de pago electrónicos o digitales en un sector específico – educación o construcción o restaurantes, por ejemplo.
“La metodología está ayudando a impulsar estrategias junto con nuestros socios del ecosistema – desde adquirentes, emisores, bancos, sectores industriales, gobiernos – dentro de cada ciudad. El índice nos permite pensar en estos ecosistemas regionales de manera integrada, pero mirando los detalles, las especificidades de cada lugar”, dice Tania.
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Brasil: poca madurez fuera de los grandes centros urbanos
En un país de proporciones continentales como Brasil, el índice confirmó que existe una enorme diferencia entre los grandes centros urbanos y la mayoría de las ciudades medianas y pequeñas en cuanto a la adopción de medios de pago electrónico.
Cuando observamos el resultado por regiones, no sorprende que el Sur y el Sudeste concentren la mayor parte de las ciudades consideradas listas, como Belo Horizonte (Minas Gerais), São Bernardo do Campo (São Paulo), Curitiba (Paraná) y Vila Velha (Espírito Santo). Pero también hay sorpresas, como Rondonópolis (Mato Grosso) y Fernando de Noronha (Pernambuco), que están más adelantadas en relación al predominio del pago electrónico en comparación con el promedio de sus regiones.
En el grupo de ciudades en transición aparecen capitales como Manaus (Amazonas), Maceió (Alagoas) y Porto Velho (Rondônia). Esta clasificación incluye regiones dispuestas a desarrollar un escenario más digital, pero que todavía tienen problemas para aceptar los pagos electrónicos.
En la lista de emergentes están Santarém (Pará), Magé (Rio de Janeiro), Juazeiro (Bahia) y Parnaíba (Piauí). Se trata de ciudades con un gran potencial de crecimiento para la industria financiera tanto desde el punto de vista de la emisión de tarjetas como de la aceptación de pagos electrónicos.
Las principiantes son aquellas que aún requieren inversiones en infraestructura para desarrollar el sistema de pago electrónico. Al menos el 80% de las ciudades de los estados de Amazonas, Alagoas, Maranhão, Paraíba, Acre y Bahia fueron clasificadas en esta etapa, como Bragança (Pará), Parintins (Amazonas) y Codó (Maranhão).
México: proporcionalmente más ciudades listas que Brasil
En México, la segunda economía más grande de América Latina, el análisis de 2.456 municipios mostró que el 6% están listos, casi el doble del porcentaje de ciudades brasileñas que están listas. El Centro y Norte del país son las regiones con mayor número de municipios en esta categoría, como Delegación Cuauhtémoc (CDMX), Isla Mujeres (Quintana Roo) y León (Guanajuato).
A pesar de tener ciudades más maduras que Brasil en cuanto al grado de desarrollo del sistema de pagos electrónicos, México tiene un mayor número de municipios clasificados como emergentes (58%) y como principiantes (22%). La mayoría de ellos se encuentran en el sur del país, a excepción de los destinos turísticos, algo similar a lo que ocurre con Fernando de Noronha en Brasil. El 14% de las ciudades están en transición.
Colombia: el 87% de los municipios son principiantes
Colombia fue el país con el peor resultado entre los cuatro países latinoamericanos estudiados por Visa hasta ahora, con solo el 13% de los municipios clasificados como listos, en transición o emergentes. Esto significa que el 87% de las ciudades son consideradas principiantes, con solo el 13% de la población bancarizada y un nivel muy bajo de adopción de medios de pago electrónico.
De los 1.122 municipios, solo el 0,7% están listos. Este grupo incluye Medellín, Envigado y Sabaneta (Antioquia), Barranquilla (Atlántico), Bogotá y Chía (Cundinamarca), Bucaramanga (Santander) y Cali (Valle del Cauca), ciudades en que más del 57% de la población está bancarizada. Los municipios en transición corresponden al 4% del país y los emergentes al 8%.
El estudio mostró que el mayor desafío en Colombia es mejorar la infraestructura de conectividad y la aceptación/confianza de la población en los medios de pago electrónico.
Chile: país bancarizado con adhesión súper concentrada
Con 344 municipios y a pesar de ser considerado un país con un alto índice de bancarización, Chile solo tiene el 2% de municipios en la categoría de listos, como Santiago, Las Condes, Vitacura y Providencia. El 13% está en transición, es decir, tienen la infraestructura de conectividad necesaria para los medios de pago electrónicos, pero aún utilizan mucho el efectivo. Es el caso de Concepción, Puerto Varas y Viña del Mar. Al igual que en Brasil, la mayoría de las ciudades chilenas se encuentran en las categorías emergente (49%) y principiante (36%).
Metodología
La metodología, ya patentada, consolidó los datos recolectados en cuatro dimensiones: Emisión, Aceptación, Infraestructura y Condiciones Socioeconómicas.
La encuesta consideró informaciones como: cantidad de tarjetas por habitante; transacciones de débito y crédito; cantidad de retiro de dinero; cantidad de sucursales bancarias y cajeros automáticos; cantidad de accesos de banda ancha; datos sobre dispositivos de pago por habitante y por kilómetro cuadrado; PIB; nivel de empleo y desempleo; IDH (Índice de Desarrollo Humano); e información sobre población y educación.
A partir del cruce de los datos y del análisis estadístico, el Índice de Madurez para Adopción de Pagos Electrónicos llegó a cuatro clasificaciones:
Listo: el sistema de pago electrónico es robusto.
- En transición: el sistema de pago electrónico está avanzado.
- Emergente: el sistema de pago electrónico está poco desarrollado.
- Principiantes: el sistema de pago electrónico no está desarrollado.
Traducido por Adelina Chaves