El número de empresas de base tecnológica fundadas por latinos está creciendo rápidamente en Estados Unidos, lo que significa también un volumen mucho mayor de aportes: entre 2017 y 2021, el capital de riesgo total invertido en estas empresas pasó de US$ 1.700 millones a US$ 6.800 millones, según datos de Crunchbase. Pero este volumen de inversiones aún está lejos de cubrir las necesidades de estas empresas, especialmente en sus etapas más iniciales (y cruciales).
Una encuesta realizada por Bain & Company, por ejemplo, encontró que, aunque las startups latinas representan el 50% del total en Estados Unidos, sólo son el objetivo del 1% de las inversiones de las 25 principales firmas de capital privado y de riesgo.
A esta falta de capital privado se suma el hecho de que el 90% de estas pequeñas empresas fundadas por latinos no pueden acceder a subsidios y que en el 63% de ellas los fundadores han tenido que usar sus propios ahorros o incluso sus tarjetas de crédito para poner en marcha su negocio, según la Latino Community Foundation. Al fin y al cabo, el acceso al crédito es escaso para estas empresas.
Un estudio del Federal Reserve Bank de Nueva York, por ejemplo, mostró que sólo el 25% de las empresas de propiedad de latinos y con bajo riesgo crediticio pudieron acceder a un financiamiento, en comparación con el 48% de las empresas con bajo riesgo crediticio de propiedad de personas blancas. Este mismo informe indicó que a los propietarios de empresas latinas con menor riesgo crediticio se les aprobaba la financiación a tasas muy similares a las practicadas en operaciones con empresas con riesgo crediticio alto y medio de propiedad de personas blancas.
A la hora de evaluar el mercado de capital de riesgo, siguen los sesgos. Según una encuesta de la National Venture Capital Association y de Deloitte realizada en 2020, los no blancos representaban sólo el 22% de los socios de las empresas de capital riesgo, el famoso venture capital, con sede en Estados Unidos, de los cuales sólo el 4% eran hispanos y latinos.
Para entender mejor el panorama de la inversión en Estados Unidos, LABS habló con dos capitalistas de riesgo que abordan este desafío de manera diferente: Noramay Cadena, cofundadora y miembro del consejo de administración de LatinxVC (una ONG que trabaja para aumentar la visibilidad del tema y, en consecuencia, el financiamiento de empresas fundadas por latinos), y Pedro Sorrentino, fundador y CEO de Atman Capital.
Buscando un financiamiento equitativo
Noramay Cadena, cofundadora y miembro del consejo de administración de Latinx VC, trabaja en esta ecuación con la mirada puesta en el lado de los inversores. Su principal objetivo es aumentar el grupo de administradores de fondos latinos que, como ella, también terminan prestando a negocios cada vez más diversificados. “Los estudios muestran que cuanto más diversificado es un socio inversor, más diversificadas serán sus inversiones. Las mujeres invierten en las mujeres, por ejemplo, de dos a cinco veces más”, dijo Cadena.
Para resaltar por qué Estados Unidos necesita una mayor diversidad de capitalistas de riesgo, Cadena relató aspectos de los inicios de su propia carrera. Cadena viene de la ingeniería mecánica y aeroespacial. Al principio, imaginó que la disparidad entre latinos y blancos no podría ser mayor de la que ya había experimentado. Pero en 2015, cuando empezó a trabajar con inversiones, descubrió que el escenario, sí, podía ser peor. En ese momento, el número de mujeres latinas que trabajaban en el sector de capital de riesgo en los Estados Unidos cabía en una mano.
Para Cadena, los problemas de desigualdad en el capital de riesgo son sistémicos.

Creo que es una comunidad muy insular. El capital de riesgo tiene un historial de contar con referencias, por lo que las mismas redes y comunidades se perpetúan.
Noramay Cadena, cofundadora y miembro del consejo de administración de Latinx VC.
Este claro desequilibrio en la industria la ha obligado a quedarse, destacarse y estar orgullosa, y seguir defendiendo asientos en la mesa.
Cuando se le pregunta sobre el futuro, Cadena es optimista. “Lo más emocionante es que la comunidad de inversores latinos se encuentra en un punto de inflexión en términos de trabajar juntos y apoyarse mutuamente para avanzar… Las empresas lideradas por latinos están ganando impulso, cerrando capital y haciendo inversiones increíbles.”
Además de su optimismo, Cadena compartió una anécdota alentadora. En 2019, se organizó un evento en Oackland, en asociación con la Hispanic Heritage Foundation, con líderes latinos de empresas de capital de riesgo. En esa oportunidad se presentaron 11 empresas, que representaban US$ 600 millones en activos bajo administración.
Dos años después, se lanzó una aplicación con el mismo propósito que el del evento. Esta vez se inscribieron “37 o 38 fondos” liderados por latinos, recuerda. Los US$ 600 millones bajo gestión se convirtieron en US$ 2.500 millones en este período. Para ella, la “marea” de inversores latinos recién empieza.
Centrarse en lo positivo y lo que se puede controlar
En contraste con el trabajo activo de Cadena para aumentar el número de capitalistas de riesgo latinos, Pedro Sorrentino, fundador y CEO de Atman Capital – un fondo centrado en rondas presemilla, semilla y Serie A de $ US50 millones que invierte en startups en Estados Unidos y América Latina -, cree que las distinciones étnicas no deberían ser el centro de la conversación en la actualidad.
Sorrentino dice que se fija en las realidades contra las que puede luchar. Aunque percibe la falta de más inversiones de capital de riesgo en startups latinas, parece estar seguro de que el camino a seguir es centrar su atención en los nuevos y emocionantes tiempos que estamos viviendo.
“El momento nunca ha sido mejor”, dijo Sorrentino. “Soy un ejemplo de alguien que nunca ha estado involucrado formalmente [en el sesgo sistémico]. Estoy jugando el juego junto a lo mejor de lo mejor y creo que cuando conozco a otras personas de orígenes similares, todos han enfrentado dificultades. Dicho esto, nunca hemos tenido tanta democratización del acceso [a las inversiones] en todos los niveles [como ahora].”

Tenemos que ser capaces de trabajar con los sesgos cognitivos de las personas del otro lado y ser inteligentes al respecto… es la diferencia entre ser consciente – cuando uno organiza un panel en una conferencia, tratando de tener personas de diferentes orígenes – y en realidad hacer el panel sobre ese fondo; el panel no tiene la obligación de atender todo tipo de diversidad
Pedro Sorrentino, fundador y CEO de Atman Capital.
En 2017, Sorrentino ayudó a fundar ONEVC, una empresa de capital de riesgo con sede en São Paulo y Silicon Valley, y fue el punto focal de la administradora en Estados Unidos. Se fue de allí a principios del año pasado para crear Atman.
A pesar de la clara falta de financiamiento para las startups latinas en este momento, y la constatación de que estamos viviendo un punto de inflexión, Cadena y Sorrentino coincidieron en que las perspectivas para el escenario futuro son optimistas.
“Nunca habíamos tenido tantos inversores de alta calidad, con una estrategia dedicada a América Latina, prestando mucha atención a la región”, dijo Sorrentino. «El entorno nunca ha sido tan positivo como ahora, y solo va a mejorar… se siguen llenando las brechas en el mercado, desde las inversiones ángeles hasta las salidas a bolsa.»