Vicente Fenoll no olvida a la mujer que un día llegó a la panadería en la que trabajaba para pedirle que le guardara su dinero. “Mientras sacaba su dinero del mandil me dijo: ¿Me lo puede guardar? Si mi marido lo ve me lo va a quitar y se va a emborrachar”, cuenta el empresario.
Esa experiencia fue uno de los catalizadores que en 1994 lo llevaron a convertirse en emprendedor y fundar una microfinanciera, para hacer accesible los servicios financieros a personas de bajos recursos.
Desde entonces, muchas cosas cambiaron, pero otras permanecen igual, como la bancarización en México, en donde 50% de los adultos no tienen cuenta de banco y 60% no tiene acceso a créditos, según la última Encuesta de Inclusión Financiera del INEGI.
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“Sigue habiendo señoras que necesitan que les guarden su dinero de manera segura, que requieren créditos para que su negocio funcione o para que el chamaco se compre su computadora y tenga clases remotas, o para mejorar la vivienda”, dice el empresario.
Entre lo que cambió en esos 27 años, Fenoll dejó la microfinanciera y en 2012 fundó Kubo Financiero, una plataforma digital que empezó con préstamos de persona a persona para una población de ingresos medios y bajo, y que posteriormente se convirtió en neobank con servicios como créditos, inversiones y ahorro para ese mismo público.
La empresa recibió en junio pasado una inyección de capital por US$ 27.5 millones, con la participación de BID Invest, institución multilateral de inversión afiliada al Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo, y otros fondos de venture capital, con la cual buscará robustecerse para ir de los 50,000 clientes que tienen actualmente a su primer millón de clientes.
Esta ronda es para crecer, es parte de lo que se necesitamos para llegar a esos seis ceros, invertir en marketing, tecnología, contratación de personas, y mantener capital regulatorio para crecer el número de préstamos que tiene la empresa
Vicente Fenoll, fundador y CEO de KUBO FINANCIERO.
Kubo Financiero es más que una fintech
El empresario advierte que con las inversiones tecnológicas conseguirán la tracción para tener un crecimiento más acelerado y en ello les ayudará también los servicios que distinguen a Kubo de otras financieras tecnológicas o fintech.
Hasta 2020, había unas 440 fintechs en México, según el reporte Fintech Radar, elaborado por Finnovista. “Es el país con el ecosistema más grande de la región”, dice el documento. Sin embargo, las que tienen el visto bueno de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores son hasta ahora 46.
Kubo Financiero nació como una Sociedad Financiera Popular (Sofipo), un tipo de institución totalmente regulada en México, con la posibilidad, incluso, de captar ahorro, al ofrecer un seguro de depósito a sus clientes por MXN 200,000, y de pagar intereses también. Las Sofipos son instituciones que cuentan con un seguro que protege la captación por un monto de hasta 25,000 UDIS (algo cercano a MXN 150,000 pro cliente).
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Eso le permite tener una oferta más variada que otras fintech. “Nosotros somos una empresa multiproducto ofrecemos planes de ahorro, inversión, tarjeta de débito, transferencias y préstamos personales”, señala Fenoll.
A partir de la pandemia, comenta, pudieron crecer 30% en su oferta de crédito y 80% en sus depósitos, y su plantilla de colaboradores pasó de 170 a 320
Uno de sus mayores retos para llegar a su público meta que es de ingresos medio bajos, está en la plataforma digital. “Mi objetivo es hacerlo tan simple que la gente confíe y lo pueda hacer, eso es un reto muy fuerte de tecnología y a nivel de experiencia del usuario”.