Cuando la empresaria mexicana Andrea Campos decidió crear una aplicación para mejorar su propia salud mental, pensó que millones de personas también podrían beneficiarse de ello. Pero no imaginó que su aplicación se convertiría en un “salvavidas” para muchos latinoamericanos durante la crisis sanitaria global que llevó a las personas a un aislamiento obligatorio.
Desde su lanzamiento oficial en marzo de 2020, Yana, que significa «You Are Not Alone» (No estás solo), ya ha acumulado más de seis millones de usuarios y ha atraído más de US$ 1,8 millón en inversiones – incluidos US$ 315.000 de Magma Partners, Hustle Fund y 500 Startups a principios de este año, y una ronda de US$ 1,5 millón en junio, liderada por la mexicana ALLVP.
Yana tiene como objetivo solucionar un problema crítico para muchos latinoamericanos: el acceso a apoyo y herramientas básicas de salud mental, algo muy limitado en muchos países, si es que están disponibles, explicó Campos.
La salud mental sigue siendo muy estigmatizada en los países de América Latina. Yana tiene como objetivo democratizar su acceso brindando una solución complementaria – y a veces la única – de apoyo a la salud mental. Con Yana las personas pueden comenzar a hablar sobre su salud mental en un espacio seguro, lo que también reduce las barreras para buscar ayuda profesional.
ANDREA CAMPOS, FUNDADORA DE YANA
La aplicación combina tecnología sofisticada de chatbot, estrategias de terapia cognitivo-conductual y herramientas de autocuidado para ayudar a los usuarios a reconocer y reducir los pensamientos negativos que desencadenan síntomas de depresión o ansiedad. El servicio ofrecido por Yana no reemplaza la terapia tradicional, pero puede servir como un complemento útil porque permite a los usuarios registrar sus pensamientos, acciones y sentimientos y monitorear su estado de ánimo y salud mental a lo largo del tiempo.
Aunque la aplicación de Yana no esté destinada a brindar apoyo clínico a personas en situación de crisis, si se detectan palabras asociadas con una crisis de salud mental el usuario es dirigido a una “pantalla SOS” que lo conecta automáticamente con los servicios de apoyo y prevención del suicidio. Los usuarios que buscan terapia y tienen dificultades para encontrar a alguien con quien hablar también pueden consultar una lista de terapeutas recomendados con los que pueden conectarse dentro de la aplicación.
¿Por qué utilizar un chatbot?
“Yana fue creada para brindar a las personas la conexión y vinculación en momentos de gran sufrimiento psicológico y soledad. Un chatbot puede imitar las interacciones humanas y dar a las personas una sensación de compañía y proximidad. Yana no pretende reemplazar a los terapeutas, sino que trata de ayudar a las personas a que se sientan mejor para que puedan buscar ayuda profesional. En un tema delicado como es la salud mental, las personas necesitan este aspecto humano. En este sentido, el chatobot es un acierto, sobretodo en América Latina, donde muchas personas no tienen acceso a una terapia tradicional”, dijo Campos.

El acceso a un tratamiento de la salud mental es un problema personal para Campos, de 27 años, quien lucha contra la depresión y la ansiedad desde los ocho años. Después de sufrir en silencio durante casi 14 años y de muchos intentos infructuosos de controlar por su cuenta su depresión crónica, Campos finalmente encontró una combinación de terapia cognitivo-conductual y medicamentos que funcionaron para ella. Casi al mismo tiempo en que comenzó la terapia, comenzó a trabajar con programación. Ahí fue donde nació la idea de crear Yana.
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“Yana no nació como una startup. Nació como un proyecto personal. Quería construir algo que me ayudara a sobrevivir a mi próximo episodio de depresión. Cuando comencé la terapia cognitivo-conductual, lo primero que pensé fue: ‘Podría automatizar esto!’”, cuenta.
Ella misma desarrolló la primera versión del chatbot y comenzó a probarlo con un pequeño grupo de personas en 2017. La fase piloto fue exitosa y así decidió buscar financiación vía crowdfunding para contratar un desarrollador de software para crear una aplicación chatbot integrada a Facebook Messenger. Sin embargo, los obstáculos con las políticas y tecnología de Facebook hicieron que en 2019 decidiera crear su propia aplicación.
A principios de 2020, cuando estaba en pleno proceso de prueba de una nueva interacción de su chatbot, Campos obtuvo su primera financiación, con inversores ángeles. Fue el empujón que necesitaba para desbloquear el acceso a la aplicación de Yana a un público más amplio. El lanzamiento de Yana se dió la misma semana que la Ciudad de México decretó su primer confinamiento por la pandemia.
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El crecimiento tras su lanzamiento fue gradual, pero en octubre de 2020 la Apple Store presentó la aplicación en el Día Internacional de la Salud Mental, lo que provocó un salto en la cantidad de usuarios de 80.000 a 1 millón en solo dos semanas. Poco después, Google Play también destacó la aplicación como una de las mejores plataformas de desarrollo personal, lo que volvió a poner a Yana en el centro de las atenciones.
“Fue increíble ver esta respuesta del público a lo que habíamos estado desarrollando durante más de cinco años. También validó la enorme necesidad de este tipo de soluciones”, dijo Campos. En la actualidad, la aplicación de Yana se encuentra entre las tres más descargadas en 12 países de habla hispana, incluidos Chile, México y España.
«Nuestro objetivo es crear una aplicación en la que se puedan satisfacer todas las necesidades de salud mental en un solo lugar. Esto parece sencillo, pero hay que tener en cuenta muchos aspectos. En este momento, el objetivo principal es crear y adaptar la aplicación a las necesidades más importantes de cada segmento específico que utiliza Yana», dijo Campos. Las nuevas características incluyen un rastreador de estado de ánimo, un diario de gratitud y ejercicios de meditación.
Después de que la idea de Yana fuera descartada, rechazada e ignorada en innumerables ocasiones, Campos se siente orgullosa de haber confiado en su instinto y de haber tenido el valor y la determinación de hacer de Yana una realidad. Está aún más orgullosa de poder ayudar a personas que, como ella, se han sentido perdidas y solas cuando luchaban contra problemas de salud mental.
Eso es todo lo que quería hacer, ayudar a la gente. El éxito de Yana dejó en claro la necesidad de seguir adelante y crear algo aún más grande para nuestros usuarios en el futuro. Nadie nos enseña nada sobre nuestra mente, que es uno de nuestros mayores activos y una poderosa herramienta que nos puede construir o destruir. No importa si son cinco minutos o una hora, pero todos deberían tomarse el tiempo para aprender sobre sí mismos y aprender a manejar su mente.
Andrea Campos, fundadora de Yana
Traducido por Adelina Chaves